
Arturo Farela, Confraternice
El Universal
Arturo Farela, presidente de la Confraternice, señala que en Ciudad Juárez más de 100 pastores fueron amenazados: “Hay ministros que están pagando cuota. Otros han sido amenazados más de una vez".
Hay uno que me dijo que le pidieron 10 mil pesos mensuales En Ciudad Juárez más de cien ministros de la iglesia evangélica huyeron este año para no ser asesinados tras rechazar el pago de cuotas, y un sacerdote católico tuvo que emprender la retirada después de que su templo fue incendiado por el crimen organizado.
La vida de los religiosos está igualmente amenazada en varias zonas de Jalisco, Nayarit, Durango, Coahuila, Nuevo León, Morelos, Chiapas y Estado de México, de acuerdo con testimonios brindados por algunos de sus representantes.
Ninguno de ellos, sin embargo, ha solicitado formalmente intervenciones policiacas. Van, en este sendero nuevo hacia el infierno, con la buena de Dios.
Los embates de grupos criminales contra sacerdotes y ministros ocurren a mitad de la campaña anticrimen orquestada por el presidente Felipe Calderón. Son, dice Arturo Farela, presidente de la Cofraternidad Nacional de Iglesias Cristianas y Evangélicas (Cofraternice), el nuevo peldaño escalado por la delincuencia.
“Creo que el presidente de la República no está informado de lo que está sucediendo realmente. Nos congratulamos con estas reuniones que él está convocando con distintos organismos de la sociedad, pero creo que esto debió hacerlo antes de empezar esta guerra”, sostiene.
Con 25 millones de fieles y 50 mil ministros de culto, la iglesia evangélica sufre la peor parte de los ataques. De acuerdo con Farela, muchos pastores han decidido pagar cuota después de que algunos de ellos, o sus hijos, fueron asesinados tras negarse al soborno.
En Chihuahua y Ciudad Juárez, donde manejan centros de rehabilitación, grupos armados han irrumpido también para consumar masacres de hasta 18 personas. “La situación es muy preocupante, pero la gran mayoría de los pastores evangélicos hemos decidido no huir”.
Dictadura del terror
La última semana de julio, Farela tomó un vuelo con rumbo a Ciudad Juárez. Sabía, dijo, que la situación en la frontera era grave, pero se quedó corto en sus informes.
“Yo tenía datos, antes de ir, de que unos diez pastores estaban siendo extorsionados y cuando llego allá me dicen: no, pastor, son más de cien los que han tenido que moverse tras ser amenazados”.
Farela sostuvo encuentros masivos con ministros de su iglesia durante su breve estancia por la ciudad. En uno de ellos, con 400 pastores, fue enterado a detalle de la forma en que están siendo victimizados. “Hay ministros que están pagando cuota. Hay ministros que han sido amenazados más de una vez. Hay uno que me dijo que le pidieron 10 mil pesos mensuales, luego de contar las sillas que había en el ministerio, que es de 500 personas”.
El miedo entre los pastores aumentó desde abril, cuando el hijo de uno de ellos, Eduardo García, dirigente de la iglesia Centro Cristiano de Fe, fue acribillado por no negarse al soborno.
Situaciones similares se viven en Tamaulipas, Nuevo León y Michoacán, dice Farela, lo cual atribuye a la impunidad.
De ello, el presidente de Cofraternice da un ejemplo:
“Uno de nuestros pastores fue tomado en equis ciudad; lo vio un hermano al ser levantado y fue a poner la denuncia ante la autoridad ministerial. Cuando regresó a su casa, los que habían secuestrado al pastor fueron por el hermano a llevárselo también. Desde entonces no sabemos nada de ninguno de los dos. Hay un contubernio. Es gravísimo esto”.
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