¿Ciudad de vanguardia o la capital del pecado?
Ommar Ayala es periodista originario del DF, radica desde hace una década en la ciudad de Pachuca Hidalgo.Es licenciado en comunicación con estudios de Maestría en Comunicación Periodística y Nuevas Tecnologías, ha escrito en varios medios impresos y electrónicos.
Para muchos la Ciudad de México ha sido el paraíso que les ha permitido crecer en varios aspectos de su vida, tanto en lo laboral como en lo intelectual, pero recientemente se han dado cambios drásticos en la percepción de los ciudadanos para con su entorno. Matrimonios entre homosexuales, incremento de la inseguridad, permiso para adoptar a menores por parte de parejas del mismo sexo y la despenalización del aborto, son claras manifestaciones de que la sociedad ha cambiado radicalmente.
Aunque hay un grupo de personas que aplauden las reformas a los códigos penales y que están de acuerdo con tener una “Ciudad de Vanguardia”, habemos otros que no estamos de acuerdo porque muchas de esas disposiciones alteran y violan los principios del Dios de la Biblia.
En la palabra Santa, claramente se advierte de que los últimos tiempos serían peligrosos y de que muchos se desviarían para escuchar a espíritus engañadores, los cuales han aparecido constantemente en los medios de comunicación para decir burlonamente que el cristianismo es una moda que no le hace mal a nadie. Sin embargo Dios nuestro Señor nos fortalece y levanta para seguir adelante en medio de una generación perversa que se ve tristemente cada día ganando terreno con violencia, maldad y pecado aún con los escogidos
Es por ello que debemos levantarnos en el nombre del Señor, aun a pesar de las adversidades que se presenten, aunque nos digan desfasados los que pervierten este mundo. Lo que el mundo no sabe es que para estar a la vanguardia se debe de ir al frente y no dejando que la oscuridad impere, porque nosotros somos la luz que debe de brillar a cada momento y ante cualquier circunstancia, más aun cuando aquel día se acerca.
Es difícil decirlo y a veces asimilarlo pero por las noticias a nivel mundial nos enteramos como muchos cristianos han caído en las redes del mal, en las mentiras del enemigo o en los pensamientos pecaminosos.
¿Qué nos queda por hacer en una sociedad que piensa más en sí misma y menos en el Creador del Universo? Seguir la Palabra que es lumbrera a nuestro camino como se señala en la primera carta a los Corintios 10:12, “Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga”.
Además de predicar el nombre del Señor Jesucristo a los quebrantados de corazón, con el fin de que conozcan al que murió por amor a ellos, las cosas aun pueden cambiar.
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